Estupidez troll en pocos caracteres
Estupidez troll. Leíamos hace años en un artículo de Ortíz [1] que «cuanto más utilizamos la web, más nos cuesta centrarnos en textos largos que profundicen en un tema«. Claro que no eran estas sus propias palabras, sino una cita al artículo de Nicholas Carr titulado «Is Google making us stoopid?», pero ambos giran en torno al moderno reinado de la superficialidad y de la adquisición del conocimiento sin esfuerzo y en pequeñas dosis de supuesta verdad.
La creciente importancia del éxito de lo publicado en la web conduce al reinado imperativo del «Me gusta», con independencia de que los contenidos mostrados sean válidos o, contrariamente, vacíos de sentido. Lo que cuenta es el número de seguidores y no sus cualidades ni la calidad de sus opiniones. Es mejor contar con 1 millón de trolls que con una opinión autorizada porque en las «democracias» populistas – igual que en los fascismos y en los totalitarismos comunistas- lo que cuenta no es la razón ni la verdad, sino el nivel y la cantidad de ruido. Quizás por ello florecen como las setas tras la lluvia la legión de los que simplemente «intentan iniciar discusiones y ofender a la gente» (troll), especialmente cuando responden a opiniones contrarias a sus intereses o a los de aquellos que les pagan para comportarse así.
Combatir la estupidez troll
Nos estamos acostumbrando, como expone Carr [2] en su artículo, a pensar de otra manera. Perdemos concentración en la profundidad de los textos en favor de los mensajes rápidos y llamativos. Eso no es inicialmente malo, no tiene por qué serlo, pues también es bueno explorar y acumular variedad de opiniones y perspectivas en nuestro bagage mental. Cuando se vuelve claramente perjudicial es en el momento en que renunciamos a nuestra capacidad crítica. Entonces nos ponemos en manos de opiniones o ideas simplemente llamativas por la cantidad de apoyo que llevan detrás. No tenemos en cuenta su calidad o la falta de ella. Un ejemplo muy claro de todo esto está en la afirmación «El Holocausto nazi afectó únicamente a los judíos«, defendido por algún sector social, cuando en realidad se llevó por delante – entre otros – a homosexuales, testigos de Jehová, comunistas, discapacitados, disidentes políticos y gitanos (mismentirasfavoritasdiego.blogspot.com).
En fin, hagamos caso a Nuñez [3] en sus consejos sobre los tipos de trolls y la manera de lidiarlos acertadamente.Si caemos en el juego de la estupidez troll corremos el riesgo de volvernos tan ‘estúpidos’ como ellos. Y entonces perderemos de vista la verdad que sus trapacerías tratan de ocultar. ¡Viva el sentido común! Y siempre dentro de un ambiente de opinión abierto, formado, crítico y respetuoso.
Fuentes
[1] Ortíz, A.- Contenidos en la web y formas de conocimiento. En: error500.net. 2008. [consultado: 22/05/2016] [enlace externo]
[2] Carr, N.- Is Google Making Us Stupid? What the Internet is doing to our brains. En: theatlantic.com. 2008. [consultado: 22/05/2016] [enlace externo]
[3] Nuñez, V.- Los tipos de trolls en redes sociales y consejos de como lidiar con ellos. Un troll «experto» puede convertirse en un gran lider de opinión. En: vilmanunez.com. 2013. [consultado: 22/05/2016] [enlace externo]