Monetarismo más especulación igual a pobreza
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Aunque las políticas económicas puedan parecer asimétricas por su parcialidad e hipocresía, hay una pareja de ases que aparecen en toda baraja de medidas económicas sin importar el color, la raza o la cultura de los jugadores: el monetarismo, como fenómeno nuclear y vertebrador de la economía de un país, y la especulación [1] financiera (juego inversor objetivado en la obtención de un beneficio económico, basado en las fluctuaciones de los precios).
Ambos factores son consecuencia del desarrollo globalizador de nuestro planeta y podríamos considerarlos como las dos caras de una misma moneda.
La teoría monetarista formulada por Milton Friedman (Universidad del Chicago, años 60) utiliza el control de la masa monetaria como arma para evitar la inflación (pérdida de valor de la riqueza real del mercado) y, consecuentemente, es partidario de eliminar el déficit público (no endeudarse gastando más de lo que se ingresa) y proteger el libre mercado de trabajo con legislaciones que eviten oligopolios y monopolios [2]. El monetarismo fue una reacción contra la intervención de los estados en la economía (keynesianismo) al igual que ésta lo fuese contra el liberalismo económico que condujo a la gran depresión económica de 1929.
¿La crisis actual podría indicarnos que no le faltaba razón a Friedman? Si los déficit públicos no fueran tan elevados, los estados no estarían tan profundamente endeudados y por lo tanto no serían tan sensibles a los zarpazos especulativos que buscan beneficios a corto plazo sin preocuparse de los daños causados por sus ataques indiscriminados (voluntarios o puramente reflejos de pánicos incontrolados). Para él la zona euro era superflua ante la fuerza del dolar.
La economía, hoy por hoy, no se basa en ecuaciones de predicción exactas. De ser así alguien tan avanzado en dicho terreno habría sido capaz de preveer la actual crisis global. Friedman desde luego no lo fue. Además, a quien no le suenan los acuerdos entre empresas para regular precios y mercado de trabajo ante la pasividad del Estado.
Pero incluso aceptando la potencial bondad del monetarismo como barrera frente al endeudamiento excesivo, tan temido en estas fechas, ¿qué ocurre con la especulación en un teatro monetarista? ¿Puede ser controlada mediante regulaciones? ¿Basta con regular las agencias de calificación y con sujetar por ley el endeudamiento público a unos niveles considerados seguros? ¿Puede producirse el efecto contrario y que un exceso de ajuste conduzca a una debacle económica?
Las opiniones publicadas hasta la fecha recorren todo el arcoiris de posibles pronunciamientos y lo cierto es que seguimos sin poseer una fórmula magistral para curarnos de esta crisis interminable. Pero no deja de asombrarme que opiniones tan clarividentes como la de García Rubio abogando por «terminar con un modelo productivo basado en la especulación» o la de Angela Merkel subrayando la importancia de desarrollar «tejido productivo» pasen desapercibidas para nuestra clase dirigente. ¿Nos merecemos tanta ausencia de materia gris sólo por ser españoles?
Finalizo aquí con esta clarificante cita de Neumann [3]:
«Corresponde a los ciudadanos organizados la lucha contra la especulación y la superación de las trampas ideológicas de izquierdas y derechas, la defensa de la vida y la restructuración de la economía productiva«
Fuentes:
[1] Iván González,J. [en línea] La Globalización Financiera: Fragilidad, Incertidumbre y Pobreza. [consulta 13-sep-2011]. PDF
[2] Friedman, M. [parcialmente en línea] Capitalism and freedom.Chicago Press, 1962. En: Google Books. PDF
[3] Neumann, J.G. [en línea] España y la crisis del euro: entre la especulación y las ideologías. En POLÍTICA & ECONOMÍA. [consulta 13-sep-2011] PDF