Catalogación y Futuro Digital
La imprenta impulsó al final de la Edad Media el crecimiento de las colecciones. Más tarde el orden físico de los documentos ya no fue suficiente para garantizar la recuperación de la información. Nació así la Catalogación. Basada en codificación formal y análisis de contenidos, creó primero catálogos en forma de libros.
El crecimiento documental requirió el uso de fichas como solución a la variabilidad del catálogo. Hoy vivimos la revolución de Internet y la era digital. Los procesos mecánicos del catalogador han sido automatizados.
Pero la creatividad del humano al interpretar las reglas permanece. El Orden de los Libros transfiere a las catalogaciones automáticas su experiencia en soluciones inteligentes y sus ya bien probados constructos. Así, catalogar en la Red exigirá buscar regularidades estructurales en los documentos electrónicos. Evidenciarlas permitirá ordenarlos (indexarlos) para localizar y usar el conocimiento en ellos contenido cuando se necesite. Se tomarán decisiones sobre los materiales a catalogar, la simplificación normativa, la interconexión de colecciones, las interfases a medida del usuario y la formación de los profesionales.
Ya existen experimentos y estudios de viabilidad a nivel individual e Institucional. No todo está conseguido. Es necesario hacer visible, en especial al mundo científico, la necesidad y el rigor de la catalogación inteligente. Tenemos la certidumbre de su importancia, su adaptabilidad e imposible sustitución por herramientas no-inteligentes. Resta decidir qué objetos catalogar y definir los estándares, diseñar una formación adecuada de los profesionales y construir el Catálogo Universal.
Catalogación y futuro
Sabemos que la voluntad política junto al desarrollo tecnológico estabilizará el Orden Digital y aportarán respuestas a las decisiones pendientes. La tarea será multidisciplinar y armonizará los deseos de generalización con el respeto a la especificidad local y la diversidad cultural. El futuro de la catalogación combinará la herencia bibliográfica con los recientes aprendizajes y un nuevo diálogo intercomunitario e interdisciplinar. Esto será así bien de la mano de la inteligencia social (para beneficio de todos) o – en caso contrario – promovido por el mundo elitista y oportunista de los negocios: en este segundo caso nuevamente la inteligencia documental se convertirá en instrumento de exclusión cultural, contribuyendo aún más a la brecha digital.
Fuentes
Martínez, FF.- [en línea] Retos de la catalogación y los catálogos. Investig. bibl vol.26 no.58 México sep./dic. 2012.[consultado:28/10/2016] [enlace externo HTML].