Servicios públicos y tercera edad
Servicios públicos y tercera edad. El colectivo de mayores protegido por los distintos regímenes de la Seguridad Social española tiene unas características especiales. Así que conviene tenerlas en cuenta a la hora de considerar el tratamiento de su información. Tanto la relativa al ejercicio de sus derechos como la gestión de sus prestaciones. En esta línea en opinión de Guillén [1] «La tendencia general parece conducir a la privatización de muchos de estos servicios en toda Europa«.
Por otro lado una de esas características es un índice de supervivencia estadísticamente en alza (Santos [2]). Y así ocurre especialmente en los regímenes especiales (MUFACE, MUGEJU e ISFAS). De tal manera redunda en una gran abundancia de personas de la Tercera Edad y un creciente porcentaje de beneficiarios en situaciones de discapacidad. Donde se incluye la física o psíquica, o con requerimientos de especial necesidad (Ley de la Dependencia).
Y es que dichos colectivos poseen singularidades propias. Una de ellas es la dificultad para manejar adecuadamente datos, información y conocimiento. La superabundancia de cualquiera de ellos supone un factor de infoxicación (Haro [3]). Y les induce a errores en la cumplimentación de los formularios de peticiones. Algo que redunda irremisiblemente en retardos en la obtención de las prestaciones o incluso su pérdida.
Servicios públicos y tercera edad. Sistemas fiables
Debido a los factores antes expuestos es primordial el diseño de sistemas fiables. Tanto de recogida de datos como del proceso de la captura de los mismos y su transformación en información y conocimiento. Así, dichos sistemas deberían reducir al mínimo posible la necesidad de aportación manual de información. La mecanización de los datos en una Tarjeta inteligente es una solución. Algo del tipo de las actualmente usadas para el sistema de receta electrónica, facilitaría enormemente tal objetivo. Un ejemplo a seguir está en el sistema de prescripción a enfermos crónicos instaurado por el Sistema Andaluz de Salud.
En este sentido el Gobierno español ha diseñado el denominado Plan Avanza, Y éste tenía como objetivo para el ciclo 2006-2010 desarrollar la Sociedad de la Información y la Convergencia con Europa y entre Comunidades Autónomas y Ciudades Autónomas. Las variables de calidad de la información agrupadas en los dos grandes grupos de utilidad y usabilidad habrían de jugar un papel muy importante. Especialmente en la evaluación de la situación de los sistemas de información de las administraciones. Todo ello en referencia permanente al horizonte del citado Plan Avanza. Y también en aras de la implantación de una administración electrónica. Por tanto un sistema que facilitase a los ciudadanos el acceso a la información necesaria para el ejercicio de sus derechos.
Pues la meta perseguida parece haberse quedado muy corta. Y es que la simplificación de trámites planeada se ha tornado en complejidad creciente. Así tenemos exceso de burocracia, falta de comunicación entre Administraciones y diáspora de unos servicios. Sin olvidar que se prometían de similar calidad para todo ciudadano español con independencia de su lugar de residencia. Si correlacionamos resultados con inversiones, ¿podríamos hablar de despilfarro o simplemente de incapacidad manifiesta en los gestores de nuestro sistema público?
Servicios públicos y tercera edad. Fuentes:
[1] Guillén, A. [en línea] Regímenes de bienestar y roles familiares: un análisis del caso español. Universidad de Oviedo. Papers 53, 1997 45-63. [consultado: 25-02-2012] Disponible en: [enlace externo]
[2] Santos, I. [en línea parcialmente] Envejecimiento demográfico: diferencias por género. Universidad Complutense de Madrid. Reis: Revista Española de Investigacione… >No. 73, Jan. – Mar., 1996 [consultado: 25-02-2012] Disponible en: [enlace externo]
[3] Haro, G. [en línea] La infoxicación, uno de los principales problemas de nuestro mundo digital actual. En: Un paso más. Fundación Telefónica. 2011. [consultado: 25-02-2012] Disponible en: [enlace externo]