Violencia urbana: ¿reivindicación democrática?
Este nuevo siglo XXI comenzó con la ilusión de poner fin a la violencia y extender la democracia y la paz social que ésta parece representar. Sin embargo, tras la primera década los medios (diarios de noticias como blogs particulares) reflejan lo contrario:
- La OCDE exige abaratar más los despidos… (la inseguridad laboral como norma).
- Violencia en el Siglo XXI: Vivimos en una sociedad en la que los valores se encuentran en plena decadencia, ”los modelos” no existen y hay una necesidad imperiosa de consumir y consumir; donde hoy reina la angustia, el vacío y la violencia crece a pasos agigantados.
- Socialismo del Siglo XXI: La violencia es el síntoma, no la enfermedad.
Ya no existen referencias creibles e incluso la mera propuesta de un modelo a seguir se conceptualiza como sospechosa. Así la violencia se instaura entre los jóvenes como la única salida efectiva a sus reivindicaciones de participación activa en una sociedad que los margina y priva de proyecto a sus vidas. En este sentido se usan comportamientos violentos como grito profundo «del convencimiento de que no somos meros espectadores del futuro, sino que debemos ser sus protagonistas» (Moral [1])
La violencia urbana como expresión de la impotencia del ciudadano – en especial del jóven – se ha convertido en una forma de obtención de aquello que por los cauces formalmente establecidos la sociedad le niega: libertad, futuro, trabajo, participación en la construcción social, en resumen ciudadanía plena.
Desde tal perspectiva es fácil comprender las afirmaciones de Briceño-León [2]: «La gente mata y muere por esa singular combinación de los factores tradicionales y globalizados: por la cultura del honor rural y los zapatos de moda del jugador de básquetbol norteamericano; por la miseria de siempre y por la nueva, la que surge del empobrecimiento que produce la nueva economía, capaz de reportar crecimiento económico e incremento del desempleo al mismo tiempo. La nueva violencia se corresponde con la nueva sociedad que ha surgido en América Latina«.
América Latina es sólo uno de los muchos ejemplos de lo que está ocurriendo con nuestros jóvenes. Las revoluciones del norte de África, los movimientos reivindicativos en China, las revueltas callejeras en España. Todo forma parte del mismo ansia de cambio democrático hacia la participación madura y real en la gobernanza de nuestras sociedades.
Fuentes
[1] Moral, M.– [en línea] Jóvenes, violencia y tribalidad urbana como forma emergente de identidad difusa. Revista electrónica iberoamericana de psicología. Universidad de Oviedo – España. ISSN: 1576-0413 | D.L.: AS 933-1998. [consultado: 18/01/14] [enlace externo]
[2] Briceño-León, R.- [en línea] La nueva violencia urbana de América Latina. Sociologias n.8 Porto Alegre jul./dic. 2002. [consultado: 18/01/14] [enlace externo]