Más inconsciencia, pero menos inocencia
Más inconsciencia
Por más densas que se hagan las arenas de mi tiempo sigo asombrándome de cómo el mundo gira y gira, ajeno a nuestra loca oposición.
Miro por aquí… miro por allá… y doquiera enfoco mi pupila (la que no lleva faldas) veo lo mismo…¡mentes perdidas! ¿Es que nunca llegaremos a ser conscientes – en cuanto comunidad, quiero decir – de cuan manipulados vivimos? Rodeados por los circos multimedia: la TV, el Vídeo, la radio, la todo-basura que nos entontece del amanecer al ocaso, y la que en este nuevo siglo XXI se añade toda esa maraña de cacharerría portátil llena de colorines y musiquitas por la que pocas veces recibimos lo mucho que pagamos.
El Gran Hermano anda por ahí… no quiero decir en la Tele-pico, … sino en la vida cotidiana, en la estructura de lo que hacemos y de lo que vivimos, en resumen, de lo que somos… ¡los nuevos esclavos «zombies»! El pan y circo del pueblo romano funciona, entonces y ahora, con algunas variantes y reformas denominadas democráticas… ¡pero sigue ahí! Una herramienta de manipulación con más 20 siglos. ¡Brillante!
Y lo más cabreante es saber que su triunfo se apoya en mi fuerza: me manipula porque me encanta verme reflejado en el brillante y vacuo espejo de la comodidad. ¡Tornillo soy y como tornillo me siento a gusto! Pero si no me aprietan, no me muevo… ¡Ah, qué fácil es llevarme hacia donde quieren! Y quizás no me fuera mal des pués de todo. Si acaso los manipuladores fueran realmente los más inteligentes de entre nosotros, ¡hasta podría funcionar! Pero la realidad es que nos van sacando de agujeros infectos para enterrarnos en simas cada vez más profundas.
«España, realmente, se encuentra en una terrible encrucijada sin esperanza y, en manos de políticos sin alma y sin valores…» Francisco Rubiales
Menos inocencia
Las nuevas generaciones no serán tan idealistas como nuestros bienamados hippies , pero al menos son sinceros. Disfrutan de la vida regalada por la que sus padres han pagado con renuncias y divorcios, ilusiones y cacofonías mentales. Sí, de acuerdo… son culpables…¡pero se muestran como son! Ya tendrán tiempo para cambiar como hemos hecho todos.
¿Y nosotros qué hacemos mientras tanto? A parte de lamentarnos, dominguear cuando podemos, tratar de no sentirnos out en este mundo de adictos a lo in… nos dejamor ir con la corriente
¿Y todo ello por qué? Pues reconozcámoslo, porque hemos renunciado a los ideales: la educación, el urbanismo, la utopía social, el igualitarismo, etc. Nos hemos vuelto cómodos y no queremos mirar atrás, para no ver cuándo hemos dejado de luchar por cambiar aquel mundo que no amábamos y que, al final, nos ha vencido con su inercia. Somos capaces de todo menos de afrontar la incomodidad.
Pero, ¿tú? … pues sí, estoy hablando de tí, y también de mí claro… pues si hablo cabe la posibilidad de provocarte y que así alteres mi inconsciencia e, aún inesperádamente, me despiertes de esta modorra cada vez menos inocente… ¡sacúdeme por favor!