Nuevos apartheids
En un interesante trabajo de Ali A. Mazrui [1] se postulan el hecho racial y la creencia religiosa como factores de discriminación históricos. Se utiliza el trabajo para señalar a los africanos como los pueblos principalmente segregados en base a los citados factores de raza y religión. Se insiste así en el conocidos tópicos. En primer lugar el blanco-cristiano-explotador. En segundo lugar el negro-musulmán-explotado. Claro que no deja de ser un argumento fácil y emocional, presente en multitud de arquetipos fílmicos: tarzán, Cristobal Colón, Pizarro, etc…
Pero una cosa son las imágenes del celuloide y otra muy distinta las realidades de la historia, la economía y la política.
Tomemos para empezar el informe de ONU sobre desarrollo humano de 2013 (PNUD 2013). Se ha titulado «El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso». En él se afirman realidades como la siguiente: «la sorprendente transformación de una gran cantidad de países en desarrollo en economías principales dinámicas con creciente influencia política está logrando un impacto significativo en el progreso del desarrollo humano.»
Y en esas naciones del sur no se incluyen únicamente poblaciones cristianas y blancas. También hay países tan musulmanes y étnicamente negros como Nigeria. Pero habría que fijarse en cómo el PNUD 2013 insta a «facilitar la integración regional y la cooperación Sur-Sur«, como medio de aportar estabilidad y continuidad a ese esperanzador cambio.
Nuevos apartheids. Apartheid global.
Así, hablar de «apartheid global» no debería ser tan simple como pudiera parecer en la pintura social diseñada por Mazrui. La organización social, el momento histórico, la economía interactiva global y los dirigentes «capaces». Estos son, entre otros, aspectos realmente a tener en cuenta a la hora de repensar el porvenir de las poblaciones. El acceso a la presidencia de los EEUU de un humano negro. La creciente pujanza de las minorías hispanas. Estos y otros factores pueden cambiar la balanza política y social. De hecho pueden hacerlo más rápidamente de lo que se supone pensando únicamente en términos de raza o religión.
Como el mismo informe del PNUD afirma: «El desafío que enfrenta el sistema multilateral en respuesta al ascenso del Sur no es una falsa elección entre mundialismo y regionalismo, o entre las viejas estructuras concebidas y manejadas por los poderes tradicionales del Norte y los acuerdos más recientes que responden a las necesidades del mundo en desarrollo. Es más bien la integración, la coordinación y, en algunos casos, la reforma de estas instituciones para que todas puedan trabajar conjuntamente de manera más eficaz«. El mundo no admite más apartheids de ningún tipo porque su futuro mismo depende de la integración y no de la separación y fragmentación en subculturas. El problema de fondo para el cual habremos de encontrar una solución urgente no se basa en razas o religiones, sino en los apartheids socioeconómicos, la fractura entre ricos y pobres aparece como cada vez más definida como el verdadero enemigo a batir.
Nuevos apartheids. Fuentes
[1] Mazrui, A.- [en línea] ¿Apartheid global? : raza y religión en el nuevo orden mundial. [consultado: 14/01/14] [enlace externo]
[2] PNUD.- [en línea] Informe sobre el desarrollo humano 2013. [consultado: 14/01/14] [enlace externo]