Ninguneando a los individuos
El crecimiento individual
Según expresa el el libro de la Canción del Señor la acción exenta de todo apego aporta Conocimiento. También abre el camino para obtener la suprema felicidad (Bhagavadgita [1]), pues el crecimiento de la individualidad ayuda al alma a liberarse de la Ilusión que constituye el mundo. En esta obra se mantiene que hacer daño a otros es dañarse a sí mismo. Ello es así puesto que todas las almas son encarnación del supremo Ser.
Consecuentemente habría que inferir la bondad de todo crecimiento del Conocimiento de las almas individuales, es decir del valor de la individualidad. Parece que nuestra sociedad actual es consciente de ello y así lo expresa en sus manifestaciones públicas teóricas, pero no así en los hechos y comportamientos que promueve, donde lo que se impulsa es el sometimiento, la obediencia, la fidelidad a los dictados del poder y la carencia de capacidad crítica.
Paralelamente leemos a Fromm [2] lamentarse de como la humanidad está perdiendo su instinto de conservación a través del egoismo imperante en el sistema vigente donde sus gobernantes anteponen su propio éxito personal frente a sus responsabilidades sociales. Consecuentemente se han hecho muy pocos esfuerzos por superar los viejos modelos políticos del capitalismo, la gastada e inútil socialdemocracia o el fascismo disimulado de eficaz tecnocracia.
Inmovilismo político
Y lo más grave de todo es la escasa voluntad que nos comunican a los ciudadanos de crear esos nuevos modelos y la excusa fácil de no querer someternos a los individuos a los sacrificios que requerirían modelos de convivencia social y económica enteramente nuevos.
Lo que nunca mencionan es que cualquier nuevo modelo posible pasaría por disminuir la preponderancia de los «representantes» (ellos) y aumentar el valor de la individualidad intercomunicada, de una sociedad más rica y más capaz ya no basada en la explotación de unos sobre otros, sino en la colaboración de individuos valiosos e iguales.
Si nos dejamos convertir como sociedad en una megamáquina dirigida centralmente (Fromm [1]) los individuos se convertirán en borregos. La descentralización y la participación activa y responsable de individuos no ninguneados es la única vía para sustituir a la gran «burrocracia» por una administración de seres humanos y para seres humanos.
Fuentes
[1] Bhagavadgita: la canción del señor. Introducción, traducción y notas de F. Rodríguez Adrados. EDHASA. Barcelona, 1988. ISBN: 8435019063.
[2] Fromm, E. ¿Tener o ser? Fondo de cultura económica. 11ª Ed. Madrid, 1985. ISBN: 8437501709.