¿Qué pintamos en la OTAN?
El peso creciente de la política exterior en el ámbito de la Defensa. La voluntad de integración de España en pie de igualdad en el ámbito internacional (OTAN, UEO, OSCE, etc.). Ambos factores terminaron por mover el fiel de la balanza en la dirección de realizar un esfuerzo presupuestario adecuado. Un paso necesario para avanzar en la dirección tecnológica seguida por los miembros más avanzados de aquellas organizaciones. En un mundo dominado por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) el mundo de la defensa y la seguridad ha constituido un eje poderoso en las motivaciones de los estados para asumir los gastos necesarios para alcanzar un nivel suficiente y compatible con los sistemas de aquellos organismos donde nuestro país deseaba integrarse.
La exigencia de lograr unas “capacidades militares” adecuadas a las de los socios de las principales organizaciones de defensa internacionales puede ser considerada como uno de los verdaderos motores del PDCIS, ya que dichas capacidades se apoyan en una estructura CIS y tecnológica avanzada. Disponer de fuerzas militares multinacionales con una elevada capacidad operativa exigía desarrollar una infraestructura coordinada e interrelacionada en tiempo real. Para ello resultaba imprescindible unificar las plataformas TIC y crear un todo complejo y coordinado, bajo la guía de una política CIS que fuera capaz de unir las dimensiones vertical (supranacionales) y horizontal (ejércitos nacionales), y así se plantó la semilla del Plan Director de Sistemas de Información y Telecomunicaciones del Ministerio de Defensa (PDCIS) [1].
La política desarrollada mediante el PDCIS comenzó a tomar bajo su responsabilidad la misión de coordinar los vectores de política interior CIS (presupuestos, Sociedad de la Información) y los de la política exterior de “cooperación estructurada” con los demás socios internacionales. La escasez de recursos debería ser compensada con la racionalización de actuaciones en materia de TIC y la optimización del empleo de los recursos disponibles.
Dentro de la estructura militar se definió como un requisito inexcusable la interoperabilidad de Ejércitos con la Sociedad civil, en total relación con el concepto NNEC de la OTAN (activación de la capacidad de trabajo en red OTAN). Y ésta ha sido la necesidad definitiva que ha marcado la puesta en marcha del PDCIS.
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Pero cabría preguntarse sobre el origen de esta voluntad de integrarse en las estructuras internacionales y sumarse a la nueva Sociedad de la Información“global”. Parece bastante evidente recurrir a las “ventanas de oportunidad (policy windows)” citadas por Kingdon [2].
España se había integrado en la OTAN en 1982, sólo diez años antes de comenzar la articulación del PDCIS. Se producían las condiciones expuestas en la policy Windows: el reconocimiento social del problema del aislamiento secular (y el miedo a que se reprodujera), la solución técnica para afianzar nuestro enlace con las potencias occidentales y la posibilidad de un cambio político que favoreciera la solidez de la integración.
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El PDCIS español puede verse como el instrumento de consolidación de ese cambio que ya se contemplaba como imprescindible en nuestra transformación socio-política. Mediante dicho plan se pretendía introducir la solución política definitiva que terminase con el miedo al aislamiento (y parece que finalmente se consiguió).
Fuentes:
[1] POLÍTICA CIS del Ministerio de Defensa de España. [en línea]. http://www.defensa.gob.es/politica/infraestructura/sistemas-cis/politica-cis/
[2] J Kingdon, M Danis, C Clancy… – Ethical dimensions of health policy, 2002
[3] Torreblanca, J.I. [en línea] La europeización de la política exterior española. UNED, Madrid. [consultado: 06-01-2012]. [Enlace externo]