Responsables, factor de supervivencia
¡El factor humano! Cuanto más se ensalza en las conversaciones, menos lo vemos efectivamente respetado en su vertiente más imprescindible para la supervivencia colectiva: la selección de directivos según los parámetros de capacidad y responsabilidad. Y mientras más se aleja nuestra sociedad de tales criterios, la frase de Cazorla [1] cuando afirma que «La distancia entre los líderes y los dirigidos se hace cada vez mayor«, nos dibuja con amarga exactitud.
Llama poderosamente la atención la comprobación de que tanto el clientelismo laboral (otorgamiento de un puesto de trabajo por criterios de mero enchufismo) como el concesional (asignación de licencias de explotación o contratos) siguen viendo la luz del día en los medios de comunicación (y rara vez en el foro político como nos comenta Cazorla en su artículo de 1995). Y lo que aún repugna más a la conciencia, la frase de Tocqueville (citada por Cazorla) sobre la evolución de la compra de lealtades desde los tiempos del Antiguo Régimen hasta la moderna democracia, parece seguir teniendo plena vigencia: «Para obtener uno de ellos, un hombre ya no paga en dinero contante;le basta con venderse a sí mismo.»
Responsables supervivencia. Democracia inacabada.
Un factor de la máxima importancia en la pervivencia del cientelismo queda encarnado, en palabras de Auyero [2], en «la negación colectiva del intercambio en la que participan dirigente políticos y clientes.» Aunque el trabajo de Auyero se centra en la realidad Argentina, es fácil detectar en él las regularidades que se repiten en nuestro propio entorno social. Ello se produce a pesar de obtener el doble de nota (un 6) en el índice de percepción de corrupción que la correspondiente a la ciudadanía argentina (un 3): ¿qué quiere decir esto? Pues posiblemente se traduce en un mejor enmascaramiento local y una mayor connivencia de los medios de comunicación, ¿o quizás en un mejor control?
No deberíamos creer que en democracia todo está hecho y es perfecto. Fijémonos en el análisis de Rospir [3] sobre el clientelismo institucionalizado en los albores de la robusta democracia americana: «Los periódicos eran contemplados como parte del sistema político: elegidos, financiados y desempeñando una tarea fundamental.»
En definitiva, si queremos salir del agujero deberemos encontrar medios eficaces para evitar el trapicheo de recursos públicos como moneda de cambio en la obtención de favores. No podemos olvidar que tales recursos son propiedad de los ciudadanos y no de sus representantes. Exigirles responsabilidad por sus actos es un factor de supervivencia de nuestra llamada sociedad del bienestar. Y en esta vía de exigencia los medios de comunicación juegan un papel crítico: si permitimos su clientelismo estaremos favoreciendo la ocultación de los corruptos y la institucionalización del fracaso democrático.
Responsables supervivencia. Fuentes:
[1] Cazorla, J. [en línea] El clientelismo de partido en la España de hoy: una disfunción de la democracia. Revista de Estudios Políticos (Nueva Época), Núm. 87. Enero-Marzo 1995. [consulta: 15-04-2012] Disponible: [Enlace externo]
[2] Auyero, J. [en línea] Clientelismo político en Argentina: doble vida y negación colectiva. En: Perfiles latinoamericanos, 20. Junio, 2002. [consulta: 15-04-2012] Disponible: [Enlace externo]
[3] Rospir, J. [en línea] Opinión pública. El tránsito hacia el oeste: los Estados Unidos. Una introducción (1787 – 1800). UCM. Madrid, 2010. [consulta: 15-04-2012] Disponible: [Enlace externo]