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La última carta

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Desde que te fue es, ahora que me doy cuenta del vacío que tu ausencia me ha causado. Nos prometimos  estar siempre juntos, cuidando uno del otro… No pude cumplir mi promesa. No he conseguido deshacerme de la carga que llevaba y  enseñarte a vivir con ella.

No fui capaz de mostrarte cómo mi vida sin tu ,presencia no tenía un sentido.
No  pudiste respetar nuestro pacto. Ahora me siento tan solo.
¿Has pensado en mí?
¿Te has preguntado alguna vez cómo estaría sin ti?
¿Qué debo hacer si no estás ahí para apoyarme y compartir conmigo  tu buen humor y tu optimismo?
¿Qué debo hacer si me siento culpable de tu pérdida?
¿Qué debo hacer si todo me recuerda a tu persona y me impone una realidad?

Nunca mi rutina será la misma. Una gran parte de mí se va contigo.

Con todos los problemas que había, me quedé  con la esperanza  de que todo volvería a su sitio y que  encontraría tu sonrisa.  Sonrisa por la cual estaba preparado para cualquier cosa.
¿Qué hago con todos los recuerdos que me abruman?
Ayer me encontré pensando en nuestros proyectos y se me ha ocurrido llamarte para definir  algunos puntos. Pero la realidad pronto me ha alcanzado. Yo no creo que pueda avanzar sin tus consejos.
La gente sigue diciéndome, ¡se fuerte, no te ha dejado solo…!

¿Cómo puedo ser fuerte si todo me hace pensar en tí?

Incluso el regalo que me dejaste,  no puedo tocarlo, ya que se me rompe el corazón.
Hará falta  un tiempo para aceptar tu salida, convencerme a mí mismo, pero ya  sabes que será difícil para mí. Nos imaginaba envejecer, contando nuestros recuerdos y aventuras comunes a nuestros hijos. Al explicarles la forma en que ambos teníamos una buena relación o cómo los dos éramos  inseparables como si fuéramos  gemelos … Hemos olvidado que algo podía separarnos pues nunca habíamos contemplado el mundo por separado …

Lo siento mucho por no ser capaz de defenderte  contra nuestro enemigo común. Juntos fuimos fuertes. Ahora me doy cuenta. Lo siento por no habértelo dicho antes. Pensaba que tenía todo el tiempo, todo el tiempo para demostrártelo, celebrarlo contigo… Espero que lo supieras y estuvieras tan orgullosa como yo.

Estoy seguro de que donde te encuentres podrás  leer lo que te  escribo. ¡Te amo y te extraño!  Me hubiera gustado decírtelo en voz alta y en persona y descubrir en su lectura una luz de alegría  en la mirada de  tus ojos, toda la felicidad que se obtiene en unas pocas palabras y que por tu parte te quedabas sin palabras.

He comprendido que estos sentimientos  mutuos por desgracia seguirán siendo una fantasía… Es una pena  decírtelo ahora, de esta forma. Espero que antes de irte, haya podido mostrarte esta afección, la ternura y el amor que siento por ti. Voy a cuidar el regalo que me diste, te lo prometo. Guardo celosamente nuestros recuerdos y voy a garantizarte que permanecerán  en nuestra memoria compartida. Todo lo que  tengo de ti en mí ahora es este regalo y el sonido de tu voz en mi cabeza. Espero conservar el sonido de tu voz el mayor tiempo posible.

¿Podría no sentir dolor pensando en ti?
¿Podré no culparme de no haber luchado para que te quedaras con nosotros?
Con estas palabras, te deseo el descanso eterno y te digo hasta luego esperando verte de nuevo…

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